miércoles, 5 de agosto de 2015

Educación en las agendas políticas


Estamos en año de elecciones. La palabra "educación” se está oyendo en algunas intervenciones de políticos que van calentando motores. Se ha oído incluso la palabra “pacto”.

Si bien todos añoramos, incluso exigimos, un pacto educativo también es cierto que oírselo incipientemente a los políticos, me crea cierto estado de intranquilidad. Serán los nervios de la incredulidad, la inseguridad, la desconfianza… 

Tantas ocasiones perdidas y tanto mal hecho a la educación de este país; Tanto personalismo y tan poca visión a  medio y largo plazo; Tanto recorte aplicado a las raíces verdaderas del futuro.

Necesitamos una política de miras muy altas en el campo educativo. Una política que crea más en la autonomía de los profesionales y menos en los controles y dictados externos; Que fomente el trabajo de alto nivel, en detrimento de la burocracia creciente; Que alimente las relaciones entre centros y redes, más que los rankings competitivos; Que forme a sus profesores y profesoras, en vez de recortarles esta posibilidad...

La Educación tiene que ser vista como un verdadero proceso de crecimiento personal y profesional. En ese sentido no entiendo que muchas propuestas de política educativa tomen la línea de políticas sociales que busquen la equidad. ¡No se malinterprete! Esto es totalmente necesario, pero cuando se mezclan ambos capítulos, la educación se ve mermada en sus contenidos reales, que los tiene y muchos. Por ello, creo que propuestas que hablen de becas, recursos, acceso a las diferentes etapas, libros… son absolutamente necesarias, pero no son el meollo educativo. Ninguno de estos dos aspectos, social y educativo, debe fagocitar al otro porque directamente causa su merma. No son sustitutos, sino que necesitan un recorrido autónomo y completo. 

El aspecto social para que nadie quede privado de una buena educación y aspecto educativo para llevar a “todos” nuestros y nuestras jóvenes a cotas muy altas de realización personal y profesional; Simultáneamente, el país se verá enriquecido por unos ciudadanos realmente bien cualificados. Jóvenes con un nuevo bagaje; pensadores críticos y creativos; personas con un alto nivel ético y un compromiso social real.


Oigo hablar de pacto educativo a algunos políticos y… siento un pequeño escalofrío. Iremos viendo…